Trabajo, sanidad, retraso en el ciclo vegetativo, producción contenida, expectación, incertidumbre y esperanza!
Así definiría nuestro enólogo y director técnico Borja Ripa este año. Empezamos con un otoño 2023 lluvioso, con lluvias medias, donde a la viña le costó mucho desprenderse de su fuente de reservas para el próximo año, es decir, las hojas, que estuvieron trabajando hasta mediados de noviembre debido a las precipitaciones y las temperaturas suaves que nos acompañaron.
Esto auguraba buena brotación si las lluvias de invierno fueran medias. Así ocurrió, puesto que tras los 90 litros recogidos en dicha estación todo pintaba bien para el inicio del ciclo, aunque éramos conscientes de que en primavera tendría que llover para garantizar un verano con necesidades cubiertas. Durante esta estación, la más bonita en mi opinión, con todo el campo verde rebosando clorofila, las precipitaciones estuvieron bien, en torno a 100 litros por metro cuadrado. A esto se sumó que las temperaturas fueron mucho más suaves de lo normal con temperaturas medias en torno a los dos grados inferiores a los años anteriores. Esto hizo que en este momento se empezara a retrasar el ciclo, hecho que se ha mantenido hasta la vendimia, con unos 10 días de retraso. Por otra parte, es tónica general de este año en prácticamente todas las zonas de nuestra denominación el millerandage, popularmente llamado viruela, que ha hecho que los racimos sean más laxos por un mal cuajado.
Durante el verano las temperaturas han sido elevadas: siempre lo son, pero las sucesivas “olas de calor” han sido menos intensas que otros años, lo que hizo que la planta no se bloqueara, en nuestro caso porque la gestión del riego, en este momento tan necesario, se ha hecho de manera correcta.
Respecto a la sanidad, cabe destacar que este año ha sido unos de los años más fáciles que recuerdo tras las 20 vendimias que llevo en el cuidado y gestión de la explotación de Bodegas Manzanos. La sanidad hasta la fecha es exquisita.
La incertidumbre actualmente viene, como siempre, por lo que sucederá desde este momento hasta la vendimia. Las tormentas de la última semana han sido muy positivas para la calidad de la uva puesto que viñas de determinadas zonas con tierras más sencillas estaban empezando a sufrir. Lo que no sabemos es lo que ocurrirá este mes de septiembre. Esperemos que la climatología respete la enorme calidad que hoy hay en el campo.
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